miércoles, 7 de mayo de 2008

Cartas a mamá desde el infierno





“He sido, o tratado de ser fuerte. Estos casi seis años de cautiverio han demostrado que no soy tan resistente, ni tan valiente, ni tan inteligente, ni tan fuerte como yo creía.”


“Hace tres años que estoy pidiendo un diccionario enciclopédico para leer algo, aprender algo, mantener la curiosidad intelectual viva.”


“Bueno, como te decía, la vida aquí no es vida, es un desperdicio lúgubre de tiempo. Vivo o sobrevivo en una hamaca tendida entre dos palos, cubierta con mosquitero y con una carpa encima, que oficia de techo, con lo cual puedo pensar que tengo una casa.”


“Antes disfrutaba cada baño en el río. Como soy la única mujer del grupo, me toca prácticamente vestida: shorts, camiseta, botas.”


“Yo trato de guardar silencio, hablo lo menos posible para evitar problemas. La presencia de una mujer en medio de tantos prisioneros que llevan ocho o diez años cautivos es un problema.”


“Cada día me queda menos de mí misma.”



Del libro: Cartas a mamá desde el infierno.
De: Ingrid Betancourt
Editorial: Grijalbo

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