miércoles, 3 de marzo de 2010

Eva

No importa que vivas con Bob Dylan
ni que tus vecinos observen
como te bebo
No importa que los arboles
jueguen con su sombra en las paredes de tu sala,
no importa que sólo te interesen las moras
y que alternes la lechuga y el cigarro
no importa si no te levantas cuando llego, tendida con tu Dylan
igual andaré el camino
hasta encontrar la granada
que hurtaste de mi frutero,
una vez tenga la fruta entre mis manos
la pelare poco a poco
para envidia del vecindario
la partiré por el centro
hundiré mi cara
lameré una a una sus semillas
me comeré la manzana completa
Eva

1 comentario:

Rocío González G dijo...

Es sublime, fogoso y genial! Gracias por regalarle esto a mis ojos e imaginación.